Por primera vez en Latam aceptan criptomonedas estables para invertir en Real Estate

Desde hace unos días el mercado de las criptomonedas viene sufriendo caídas muy significativas, poniendo en riesgo su credibilidad sobre todo por parte de los inversores. El desplome de UST y LUNA no era esperado por casi ningún inversor, por más experto que fuera; y desde estos acontecimientos se volvió un desafío hacer que las personas recuperen la confianza. Es así como van surgiendo y evolucionando diferentes instrumentos financieros para darle nuevas soluciones a los inversores.

En este contexto Simplestate, startup líder de inversiones en real estate del país, anunció que permitirá invertir con stablecoins en proyectos inmobiliarios. De esta manera, la compañía con presencia en Miami, Uruguay y Paraguay, con más de 40 proyectos inmobiliarios se convierte en la primera de Latinoamérica en ofrecer a inversores un respaldo estable y tangible como es una propiedad, lo que le brinda mucha seguridad a la hora de concretar la inversión.

“Justamente en estos modelos la criptomoneda mantiene su valor estable al anclarla al valor de un bien, como es una propiedad”, comenta Gonzalo Abalsamo, CEO de Simplestate. “Nuestra principal motivación de entrar en este mercado es dar un refugio a los inversores en momentos de tanta volatilidad”, agrega.

Según una encuesta realizada por la compañía a 200 clientes, el 47% manifestó que no invierten en criptos por la volatilidad del mercado y las variaciones de precios y el 33% no lo hacen por no tener el respaldo de un bien real. La mayoría de los consultados consideraron la inversión respaldada en inmuebles como algo muy atractivo.

Con la tecnología como motor principal tanto de Simplestate como de las criptomonedas que las respaldan, esta propuesta de inversión en el mercado del real estate aporta una seguridad técnica única. “Desde Simplestate reinventamos la manera de invertir en real estate. Para el sector inmobiliario surgen nuevas posibilidades gracias al mundo cripto y dando la posibilidad de invertir sumas chicas a personas que no podrían hacerlo de otra manera, concluye Abalsamo.

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